ACTIVIDAD 24: Cuento policial
ACTIVIDAD N° 24
Otro caso para resolver
1) Leé este cuento de Rodolfo Walsh:
Tres portugueses bajo un paraguas
1
El primer
portugués era alto y flaco.
El segundo
portugués era bajo y gordo.
El tercer
portugués era mediano.
El cuarto
portugués estaba muerto.
2
- ¿Quién fue? -
preguntó el comisario Jiménez.
- Yo no - dijo el
primer portugués.
- Yo tampoco -
dijo el segundo portugués.
- Yo menos - dijo
el tercer portugués.
3
Daniel Hernández
puso los cuatro sombreros sobre el escritorio.
El sombrero del
primer portugués estaba mojado adelante.
El sombrero del
segundo portugués estaba seco en el medio.
El sombrero del
tercer portugués estaba mojado adelante.
El sombrero del
cuarto portugués estaba todo mojado.
4
- ¿Qué hacían en
esa esquina? - preguntó el comisario Jiménez.
- Esperábamos un
taxi - dijo el primer portugués.
- Llovía muchísimo
- dijo el segundo portugués.
- ¡Cómo llovía! -
dijo el tercer portugués.
El cuarto
portugués dormía la muerte dentro de su grueso sobretodo.
5
- ¿Quién vio lo
que pasó? - preguntó Daniel Hernández.
- Yo miraba hacia
el norte - dijo el primer portugués.
- Yo miraba hacia
el este - dijo el segundo portugués.
- Yo miraba hacia
el sur - dijo el tercer portugués.
El cuarto
portugués estaba muerto. Murió mirando hacia el oeste.
6
- ¿Quién tenía el
paraguas? - preguntó el comisario Jiménez.
- Yo tampoco -
dijo el primer portugués.
- Yo soy bajo y
gordo - dijo el segundo portugués.
- El paraguas era
chico - dijo el tercer portugués.
El cuarto
portugués no dijo nada. Tenía una bala en la nuca.
7
- ¿Quién oyó el
tiro? - preguntó Daniel Hernández.
- Yo soy corto de
vista - dijo el primer portugués.
- La noche era
oscura - dijo el segundo portugués.
- Tronaba y
tronaba - dijo el tercer portugués.
El cuarto
portugués estaba borracho de muerte.
8
- ¿Cuándo vieron
al muerto? - preguntó el comisario Jiménez.
- Cuando acabó de
llover - dijo el primer portugués.
- Cuando acabó de
tronar - dijo el segundo portugués.
- Cuando acabó de
morir - dijo el tercer portugués.
Cuando acabó de
morir.
9
- ¿Qué hicieron
entonces? - preguntó Daniel Hernández.
- Yo me saqué el
sombrero - dijo el primer portugués.
- Yo me descubrí -
dijo el segundo portugués.
- Mis homenajes al
muerto - dijo el tercer portugués.
Los cuatro
sombreros sobre la mesa.
10
- Entonces, ¿qué
hicieron? - preguntó el comisario Jiménez.
- Uno maldijo la
suerte - dijo el primer portugués.
- Uno cerró el
paraguas - dijo el segundo portugués.
- Uno nos trajo
corriendo - dijo el tercer portugués.
El muerto estaba
muerto.
11
- Usted lo mató -
dijo Daniel Hernández.
- ¿Yo, señor? -
preguntó el primer portugués.
- No, señor - dijo
Daniel Hernández.
- ¿Yo, señor? -
preguntó el segundo portugués.
- Sí, señor - dijo
Daniel Hernández.
12
- Uno mató, uno
murió, los otros dos no vieron nada - dijo Daniel Hernández. - Uno
miraba al norte,
otro al este, otro al sur, el muerto al oeste. Habían convenido en vigilar
cada uno una
bocacalle distinta, para tener más posibilidades de descubrir un taxímetro
en una noche
tormentosa.
"El paraguas
era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia les mojó la
parte delantera
del sombrero.
"El que
miraba al norte y el que miraba al sur no tenían que darse vuelta para matar al
que miraba al
oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o derecho a un costado. El que
miraba al este, en
cambio, tenía que darse vuelta del todo, porque estaba de espaldas a
la víctima. Pero
al darse vuelta se le mojó la parte de atrás del sombrero. Su sombrero
está seco en el
medio; es decir, mojado adelante y atrás. Los otros dos sombreros se
mojaron solamente
adelante, porque cuando sus dueños se dieron vuelta para mirar el
cadáver, había
dejado de llover. Y el sombrero del muerto se mojó por completo por el
pavimento húmedo.
"El asesino
utilizó un arma de muy reducido calibre, un matagatos de esos con que juegan
los chicos o que
llevan algunas mujeres en sus carteras. La detonación se confundió con
los truenos (esta
noche hubo tormenta eléctrica particularmente intensa). Pero el
segundo portugués
tuvo que localizar en la oscuridad el único punto realmente vulnerable
a un arma tan
pequeña: la nuca de su víctima, entre el grueso sobretodo y el engañoso
sombrero. En esos
pocos segundos, el fuerte chaparrón le empapó la parte posterior del
sombrero. El suyo
es el único que presenta esa particularidad. Por lo tanto, es el
culpable."
El primero
portugués se fue a su casa. Al segundo no lo dejaron. El tercero se llevó el
paraguas. El
cuarto portugués estaba muerto. Muerto.
2)
Respondé:
a - ¿Qué
se investiga?
b - ¿Qué
pistas hay?
c - ¿Quién
es el culpable? ¿Cómo lo descubren?
3) Recordá:
Una construcción sustantiva
está formada por un grupo de palabras ordenadas cuyo núcleo (palabra más
importante) es siempre un sustantivo. Las palabras que lo acompañan
son adjetivos y artículos
que funcionan sintácticamente como modificadores
directos (m.d.).
ARTÍCULOS: DETERMINADOS: EL - LA – LOS – LAS
INDETERMINADOS: UN – UNA – UNOS – UNAS
Ahora señalá los núcleos y
modificadores como en el ejemplo:
TRES
|
HOMBRES
|
PORTUGUESES
|
md
|
n
|
md
|
(Adj.
numeral cardinal)
|
(Sust.
común)
|
(Adj.
gentilicio)
|
EL
|
SOMBRERO
|
MOJADO
|
UN
|
GRUESO
|
SOBRETODO
|
ESTE
|
PEQUEÑO
|
PARAGUAS
|
UNA
|
NOCHE
|
TORMENTOSA
|
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