Actividad 1 - Prácticas del Lenguaje
PRÁCTICAS
DEL LENGUAJE – 7° GRADO
ACTIVIDADES
PARA EL PERÍODO DE SUSPENSIÓN DE CLASES
ACTIVIDAD N°1
1)
Leé con atención el siguiente mito:
Ulises y el caballo de
Troya
Los griegos llevaban mucho tiempo frente a
las puertas de la ciudad de Troya, a la que
habían declarado la guerra diez años antes. Habían intentado entrar en la ciudad una y mil veces, pero nunca lo
conseguían. La ciudad parecía inexpugnable y poco a poco el
cansancio y el desánimo empezaba a hacer mella entre los soldados. Diez años
era demasiado tiempo para estar alejados de sus casas y sus familias y encima
no obtener ningún resultado.
Pero pese a los años y el cansancio
todavía había un capitán, que tenía fama de astuto
y mentiroso, todo hay que decirlo, que
mantenía la esperanza. Se llamaba Ulises y era el rey de la pequeña isla de
Ítaca. Ulises jamás se daba por vencido así que decidió pensar
algo, una estrategia que devolviese la alegría a sus soldados y pudiesen por
fin conquistar Troya.
Por fin un día, tras darle muchas vueltas a la cabeza, se le ocurrió una
buena idea. Aunque en realidad parece ser que quien se la inspiró fue la
diosa Atenea, que
convertida en brisa se acercó a Ulises y
le susurró al oído un plan. En cuanto Ulises lo tuvo claro fue donde sus tropas y les dijo: - Sé cómo conquistar Troya.
Enseguida, Agamenón,
el jefe supremo de las tropas griegas, le preguntó qué debían hacer. A lo
que Ulises respondió
sin dudarlo: - Levantar el
campamento. ¡Nos vamos!
Os podéis figurar que Agamenón no
daba crédito a la respuesta. Ulises se
había vuelto loco. A quién se lo ocurría pensar en abandonar el campamento
y volver a casa como perdedores, sin luchar hasta el final.
Ulises que se dio cuenta de lo que pasaba
por la cabeza de Agamenón,
le tranquilizó: - No te preocupes,
no estoy loco. No vamos a abandonar. Levantar el campamento es
solamente la primera parte de mi plan.
Ulises le contó el plan completo a Agamenón y una vez conocido le
pareció una idea estupenda y se pusieron manos a la obra. En tres días, cuando los troyanos se
asomaron a ver la gran llanura que se extendía tras las murallas de la ciudad,
no podían creer lo que veían. Ésta estaba desierta, no había ni un
soldado, los griegos habían levantado el campamento y se les veía a lo lejos en
sus barcos navegando en dirección a su tierra.
¡Habían abandonado!¡Los griegos se habían
rendido!
La noticia corrió como la pólvora. No
se hablaba de otra cosa en las calles de Troya, realmente nadie entendía qué
había ocurrido para que los griegos abandonasen tan precipitadamente, pero daba
igual. Por fin lo habían
conseguido, la guerra había terminado. Ya no habría sangre, ni dolor, ni
heridos, ni llanto.
Pero de pronto desde lo alto de la muralla
dos centinelas, señalando hacía lo lejos, dijeron:
-
Los griegos han dejado algo en su campamento.
En efecto, entre las tiendas abandonadas,
se veía una escultura de gran tamaño que el propio rey Príamo quiso examinar de cerca,
así que acompañado de un séquito de notables abandonó la ciudad y se trasladó
hasta donde estaba la enorme escultura.
Cuando llegaron allí se encontraron con un
precioso caballo, realizado en madera, en cuyos pies había la siguiente nota: Este regalo de los griegos es una
ofrenda dedicada a Atenea para que nos permita volver sanos.
Los troyanos eran un pueblo muy religioso que sentía gran respeto por
los dioses, así que nunca se hubiesen atrevido a causar cualquier agravio a
estos.
Si
es una ofrenda a los dioses, no podemos destruirlo… -dijo uno
de los notables.
Por
supuesto que no– contestó otro-. Nos lo llevaremos al interior de la ciudad y lo colocaremos frente
al templo de Atenea.
Todos los allí presentes estuvieron de
acuerdo. Ahora que la guerra había terminado no iban a enojar a la diosa, así
que ayudados por cuerdas arrastraron el caballo al interior de la ciudad.
Tras colocar al caballo frente al templo
de la diosa comenzó la fiesta para los troyanos quienes se dedicaron a comer, beber y bailar durante
todo el día. Había que festejar la victoria. Así que cuando llegó la noche agotados se fueron a
dormir. No se oía nada en la ciudad, ni una mosca, pero justo en ese momento, del interior del
caballo, salió lo siguiente:
-
Es el momento de atacar.
¿Sabéis de quién era la voz? Sí, sí de
Ulises. El caballo no era una ofrenda para Atenea sino una trampa con la que
poder entrar en la ciudad. Lo habían construido ellos mismos de madera y había
dejado su interior hueco para que allí se pudiesen esconder Ulises y otros
veinte guerreros.
Durante todo el día habían permanecido
quietos y en silencio. Realmente había sido duro pues el calor que hacía en el
interior del caballo era insoportable, pero había merecido la pena.
Ulises y los suyos abandonaron la escultura y corrieron a la muralla
para abrir sus puertas de par en par y que así el resto de los soldados -esos
que parecía que volvían en sus barcos a su tierra, obviamente otro engaño parte
del plan- pudieran entrar en la ciudad.
La
guerra había acabado, pero no como los troyanos pensaban…
A veces una buena idea
puede más que diez años con armas.
1)
Respondé en una hoja rayada:
a-
¿De qué origen es el mito leído?
b-
¿Quién es el protagonista de esta historia?
c-
¿Cuál
fue su plan para conquistar la ciudad de Troya?
d-
¿Ulises
logró su cometido?
e-
¿Por
qué el texto leído es un mito?
2)
Copiá
y completá:
Ulises era
el rey de ...................................................................................................................
Príamo era ................................................................................................................................
Agamenón era ..........................................................................................................................
3)
¿Qué
signo de puntuación se utiliza para introducir las voces de los personajes?
4)
Buscá
en el diccionario el significado de las palabras que no conozcas y explicá el
sentido
de las
siguientes expresiones:
a-
La ciudad parecía inexpugnable.
b-
El desánimo empezaba a hacer mella entre los soldados.
c-
La noticia
corrió como la pólvora.
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